a common space & database for harmonic overtones
Publicado en la Revista Ulises, Ed. Liebre de Marzo (enero 2005)
Introducción
Desde
tiempos remotos, desde la propia existencia del mundo y del hombre, la
música, ha estado presente. La música ha sido y será para el hombre un
instrumento de socialización, un lenguaje poderoso, asociado muchas
veces a la magia o a lo sobrenatural. De alguna forma da la sensación,
que la música existe, por encima del hombre, que sencillamente es un
lenguaje que hemos adaptado y desarrollado, porque nos ayuda a vivir,
nos conecta con lo trascendente y obtenemos, información, sugestión y
amor. Todo a través del aire que se desplaza, sutilmente empujado por
las ondas. Gracias a nuestra atmósfera podemos oír música, gracias a
nuestro planeta, podemos tener un altavoz gigante, que permite mejorar
nuestras vidas, en muchísimos aspectos.
En aquellas primeras edades,
en que el hombre investigaba, con suma curiosidad el mundo, la música
se asoció rápidamente como un elemento de poder. Así es como la música
se fue desarrollando con el tiempo, porque lejos de ser solamente un
placer, la música es uno de los elementos básicos en cualquier tipo de
ritualización.
Para ello son precisos instrumentos arcaicos.
Instrumentos que sin ningún tipo de amplificación artificial, sumerjan
al escuchante al mundo de lo trascendente y al mundo de lo mágico.
Sonidos fundamentales que nos envuelven de harmónicos poderosos, que
modifican nuestra la vibración energética y la del mundo. Algunos de
los instrumentos como el didjeridoo, la flauta o la voz, fueron
rápidamente conocidos y desarrollados por nuestros ancestros.
Hoy un
nuevo campo de instrumentos arquetípicos se abre a la evolución, para
seguir mejorando su vibración. Es pues muy importante que los
utilicemos y desarrollemos pues la vibración es pura, es música
curativa, tan necesaria hoy, en un entorno tan lleno de basura
acústica, que provoca tantas y tantas interferencias.
He aquí una
lista de instrumentos arcaicos, unos milenarios incluso anteriores al
hombre (como el didjeridoo) y otros tan nuevos y apetecibles que os
sumergirán en un mundo de nuevas sensaciones.
Fusión de tres instrumentos: Koto, tanpura y monocordio. Este excelente encuentro
de instrumentos de cuerda del mundo, hacen que el kotamo sea uno de los
instrumentos más útiles en el campo de la musicoterapia. Consiste de
estos tres instrumentos unidos en una misma caja de resonancia y puede
estar construido con distintos materiales. Su tamaño, y la disposición
de cada instrumento dentro del kotamo, permiten que pueda ser tocado de
1 a 3 personas al mismo tiempo.
Por un lado tenemos el monocordio,
instrumento inventado por Pitágoras, compuesto por un número variable
de cuerdas afinadas al mismo tono: Esto produce que todas las cuerdas
entren en resonancia con solo tocar una, haciendo desprender gran
cantidad de sonidos armónicos, ubicados a lo largo de las cuerdas. Al
tocarlo deslizando los dedos por encima de las cuerdas creamos una
atmósfera ligera pero infinita, que produce un efecto armonizante. Este
efecto lo podemos apreciar corporalmente en la versión “cama” o “silla”
con monocordio, donde nos incorporamos sobre la caja de resonancia del
instrumento. Y por el otro lado tenemos la tampura o tamboura, que es
el instrumento hindú de acompañamiento por excelencia, de 4 o 5 cuerdas
según sea hembra o macho. Proporciona una base sólida y expansible a
cualquier estructura musical, y con la cantidad de sonidos armónicos
que desprende, la hacen optima para ser tocada con otros instrumentos
ricos en armónicos como el didjeridú, la tabla, el sitar o el koto, el
otro instrumento componente del kotamo. El koto, situado en la misma
cara, al lado de la tampura, es un arpa tradicional japonesa, que puede
ser tocada percutiendo las cuerdas con sticks o pinzándolas con los
dedos. Es la parte melódica que completa esta formidable trilogía.
Didjeridú/didgeridoo
El
ancestral instrumento de los aborígenes australianos, el didjeridú
(originariamente llamado yrdaki), es bién conocido por sus
connotaciones arcaicas y usos rituales. Con el sonido grave y constante
junto a la riqueza de armónicos que se desprenden, en el latir y la
profundidad del didjeridú, nos daremos cuenta de que nos encontramos
ante un instrumento insólito por sus cualidades, complejo y al mismo
tiempo muy símple.
Ya en tiempos remotos los aborigenes hacian uso
de la propiedades del didjeridú, como símbolo cultural e identificativo
de su procedéncia, para ritualizar, en distintos contextos, las bases
de su existéncia. Usado ancestralmente como objeto de mimetización
teatral con el entorno, como acompañamiento de la voz y también como
instrumento solista. Dentro de los clanes aborigenes, y todavía hoy en
día, denota distinción en el rango o casta de las capacidades del
músico que lo toca. Generación tras generación es transmitido un
sistema propio de ser tocados por los clanes en cuya procedéncia tiene
sus origenes el didjeridú, en el Noreste de Arnemland (Territorio del
Norte, Australia). Estos remíten físicamente el sonido, de padres a
hijos, de maestro a alumno, con tal de transmitir el conocimiento en
las complejas técnicas utilizadas para tocarlo.
Las connotaciones
arcaicas y el característico sonido del didjeridú lo convierten en un
instrumento óptimo para la musicoterápia; tanto para el que toca, que
puede utilizarlo como instrumento para guiar sus meditaciones, por el
echo de que tenemos que observar constantemente el sistema
respiratorio, como para el que escucha. Podemos inducir a estados de
relajación profunda, al mismo tiempo que guiámos el viage y sus
dinámicas a través del ritmo y la respiración, pudiéndo utilizar el
sonido para masajear el cuerpo de un paciente a nivel físico y
energetico, desbloqueando tensiones musculares, contribuyendo
positivamente a la reparación de fracturas oseas y aumentando el nivel
de antropía en el cuerpo.
Hang
Este
“platillo volante” suizo, de la serie Pang, perteneciente a la casa
PanArt, no deja indiferente a nadie de los que escuchan su sonido. Es
un instrumento de percusión metálico, a modo del clásico steeldrum
caribeño, pero invertido y con doble chapa, a ser tocado con las manos,
pudiendo ser apoyado en las piernas (sentados), o con un soporte. Al
estar cerrado con esta doble chapa, con una apertura central en la
parte inferior, disponemos de un sonido con muchos bajos al golpear con
la palma en la parte central. Su fascinante concepción sónica, que nos
remite a la calidez de la música caribeña, con un toque innovador e
incluso futurista, de seguro que hará que el hang gane terreno en los
campos de las nuevas músicas.
Gong Sinfónico
Si
queremos hablar del gong sinfónico, indiscutiblemente tendremos que
fijarnos en los creadores de éste: Paiste. Está casa alemana
especializada en instrumentos de percusión (en especial metales), hizo
en su momento un riguroso estudio de trabajo de campo, contrastando y
aprendiendo de las distintas culturas del Sur Este Asiático que usan el
gong desde hace 4000 años. No obstante podemos encontrar de distintos
tipos según su procedencia.
Al arte de confección de un gong,
sabiduría transmitida de generación en generación a lo largo de los
tiempos, se le ha atribuido poderes mágicos, y solo algunas familias
sabían como hacerlos. Una secreta aleación de metales, junto con
multitud de “golpes” (esparcidos de una forma muy concreta alrededor
del centro del gong), proveen al gong sinfónico de posibilidades
ilimitadas, por su especial timbre armónico, característica
sensibilidad de vibración, al mismo tiempo que un fuerte y poderoso
sonido.
Su uso ha ido ritualizado des de los inicios, hasta hoy en
día: Utilizado para ritos en momentos de traspaso como funerales o
celebraciones, teatro, música, con un fuerte significando para las
culturas asiáticas, dónde hoy en día la alta cultura lo utiliza cómo
instrumento de orquestra. También se usa en las orquestras europeas
desde 1970, cuando grupos pertenecientes a la psicodélia, como los Pink
Floyd, también lo incorporaron en sus trabajos.
Actualmente también
se utiliza como instrumento en el campo de la musicoterápia, por el
fuerte efecto que ejerce sobre la mente y el cuerpo. En la metodología
desarrollada por el psiquiatra alemán Peter Hess, El Ritual del Gong,
el gong, junto con el monocordio, la tampura, la tabla, el didjeridú, y
la percusión oceánica, nos permite acceder a niveles profundos de la
conciencia, reviviendo recuerdos asociados con las matrices
perinatales: Primeras fases de la existencia en el utero materno y
proceso de parto. Es un instrumento muy útil en el campo de la
meditación, ya que su sonido provoca un estado modificado de la
conciencia instantáneo; no obstante, por esta misma razón, y para que
el uso sea terapéutico, deberá ser usado en un marco controlado, con
finalidades terapéuticas, y que permita integrar la experiencia vivida.
Sansula
Nuevo
instrumento, rediseñado por Hokema, a partir del instrumento
tradicional africano kalimba o embira. Este tipo de metalófono de mano,
a diferencia del africano que utiliza un coco como caja de resonancia,
sujeta el piezo encima de un parche sintético, y deja al descubierto la
parte inferior. Tiene un sonido muy claro y definido, metálico y con
muchos armónicos. Es un instrumento muy sensible al tacto y hace
difícil para el que escucha, ubicar la procedencia del sonido, haciendo
posible crear atmósferas y efectos, además de melodías, y, al poderse
abrir y cerrar el espacio de resonancia, permite crear efectos de
wha-wha.
Posee un sonido cálido y agradable, con recuerdos de cajita
de música, evocador de maternidad, dulzura y ternura, haciéndolo un
instrumento óptimo para completar procesos de trance, y las fases de
integración de estos.
Joel Olivé
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